Historias del bajo vientre

viernes, 7 de diciembre de 2007

Bye Almudena

Me despido, definitivamente, de Almudena. La que se presentó como una mala amiga, al final no lo fue tanto, porque igual todavía le debo una. Después de que mi gemela y yo acudiéramos a quirófano para divorciarnos un frío martes, ella me dejó un regalo mucho más pesado: un despido improcedente. A lo que mi empresa alegó que se debía a mi “bajo rendimiento voluntario”. Mira tú, después de picar carbón ortográfico sábados, domingos y fiestas de guardar, todo tiempo empleado es insuficiente. ¿¿¿Insuficiente??? ¡Su puta madre!

Sabía que Almudena era una incomprendida socialmente, pero no para una sociedad empresarial. Así, le doy las gracias por librarme de una buena –se suele decir-, de trabajar por la cara y no ser reconocida. Vaya tú, si al final da gusto tener ‘tumorcillos’ en el culo, pese que ir al baño se convierta en un espectáculo de tauromaquia (banderillazos, sangre y una fiera histérica retorciéndose sobre la señorita roca).

Pues nada, majas, estreno el paro y a ver si el próximo año hay más suerte. Para quienes no lo sepáis he comprado un décimo de Lotería para todas. El número es: el uno, el cinco, el ocho, el uno y el dos. ¡Bingo! Así quien quiera participación que se ponga en contacto con… ¡presente! El encuentro será el día 22 de este mes. Esperemos que Almu eche un capote porque recaudar un poco de pasta, y no italiana, viene muy bien. 15812.

Fredy Mércury

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