Historias del bajo vientre

sábado, 29 de diciembre de 2007

Dieciembre rencoroso

No sé que he hecho al 2007 para que diciembre me trate tan mal. Si mi flor se había marchitado hace una semana, más o menos, la peña de las molestias incomprendidas, absurdas y ‘retorcidas’ vuelve a llamar a mi puerta. Chicas, lo confiesa, sufro una tortícolis aguda que me ha dejado la vista a 45 grados hacia la derecha. Rumio vigilando el ala diestra, desayuno en el mismo ángulo, voy al baño sin perder de vista el papel higiénico y escribo estas líneas como si estuviera en un trapecio. Aunque suene a chiste, no exagero ni un pelo.
Además, cada día, me siento más incomprendida. Cuando me aquejaba de mis males a mi madre observé –por el lado derecho, por supuesto- como ella, al más puro estilo pueril movía los labios mientras yo me lamentaba. ¡Me imitaba! Independizaros ya, coño.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Taratarataraaaaaa
Nombramos a Fedra como reina de las enfermedades absurdas
Siiiiiiiiiii!!!!!!!!!!
Sus méritos con los escozores y torceduras (anda maja, que ya te vale, no podía ser a la izquierda, no, tenía que ser a la puñetera derecha) le han hecho ganadora de un vale por pomadas hemoal e ibuprofeno para toda la vida.
Que hable, que hable, que hable!!!!

Glorius

29 de diciembre de 2007, 18:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Quiero dar las gracias a todos quienes me han acompañado durante estos dos años de tropezones, hemorroides y contratuctoras. Y por ello quiero compartir con todos vosotros todos mis grandes éxitos.
Un beso cariñoso (así se despidió mi tía monja el pasado miércoles cuando hablé con ella por teléfono)

29 de diciembre de 2007, 20:24  

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