Historias del bajo vientre

viernes, 11 de enero de 2008

Sin justicia

A veces no sirve de nada hacer las cosas bien. Quien más merece las cosas menos las recibe. Quien no se lo ha ganado se las lleva... A veces da igual todo. A veces un canalillo prepotente y deslumbrante, incluso para el sexo femenino, alivia reticencias y críticas iniciales. A veces hierve la sangre y otras se queda helada. A veces lo justo no existe. A veces es mejor no picarse y ser indiferente, otras es imposible no hacerlo.
Cada vez tengo más dudas sobre si el tiempo pone a cada uno en su sitio o simplemente lo deja tirado donde pilla.........

A pesar de todo me resisto a cambiar mis planteamientos. Creo que volveré a darles una oportunidad. Y volveré a intentar hacer las cosas lo mejor posible. Y a creer en la justicia. Y a desear que los hombres piensen con el cerebro en vez de con esa cosita que les pende por ahí abajo. Y a rogar que el tiempo sea sabido y agradecido.
Ahora digamos que voy a no pensar. Es lo mejor.

P. D. Por cierto, me alegro mucho de que ya tengáis casa. Es un aliciente para vosotras y... algo nos salpica a las demás. Os debo una visita, creo que soy de las pocas que no la conoce.

Casadetti

3 comentarios:

Blogger bragasdepapel ha dicho...

Quería decir que el tiempo es sabio, no sabido. Se me ha escapado una 'd' de más.

11 de enero de 2008, 19:20  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bueno, a mi me pasa igual que a tí (Reme, esto tiene mucho que ver contigo). Pero, en el fondo, creo que el tiempo pone cada uno en su sitio y, si no, le ayudamos con algún empujoncito (nota: mi libro favorito es El Conde de Montecristo).

Rebe, por nuestra parte hemos iniciado la operación 'apoderarnos de El Correo'. Somos tres (Lorena, María y yo), pero en cuanto vayan saliendo huecos os aseguro que sereis las primeras de la lista. Y habrá pelis, play, laurel y todas esas cosas.

Besis

Gloria

12 de enero de 2008, 10:42  
Anonymous Anónimo ha dicho...

No pensar. Hace tiempo que me lo propuse. No pensar para no padecer. Pero pienso y pienso y pienso. Y me pregunto. ¿Tanto costaría una llamada? Pero no me lamento. Yo también creo que el tiempo ejercerá, al fin, su labor de juez sabio. No perdamos la esperanza.

Un besito guapas.

12 de enero de 2008, 13:38  

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